LEGADO HISTÓRICO ANCESTRAL LA “PIRAMIDE DEL REY NOPALTZIN”

Huauchinango, Puebla. En la comunidad de Nopala, perteneciente al municipio de Huauchinango, es uno de los pocos lugares de México en los que aún se celebra con una ceremonia ancestral en donde se baila, se hacen limpias, se comparte la comida y se entrega de mano en mano un conjunto de carrizos a un depositario de la responsabilidad de cuidarlos hasta la llegada de otro año, “simbolizando la vida del hombre”.

A un costado de la pirámide de Nopala o también conocida como “del rey Nopaltzin”, en una plazuela custodiada por piedras, a un costado de la lo que se puede ver de la pirámide, se realiza una ceremonia en la que se da una breve explicación y se motiva a preservar la celebración.

Cabe destacar que la primera celebración de la época moderna se llevó a cabo desde hace más de tres décadas en Huauchinango con la participación de profesores indigenistas y fue inherente al año Matlaktli Uan Yeyi TochtliXiuitl, es decir Año 13 Conejo que inició al amanecer del día 11 de marzo de 1986.

Por otra parte, el calendario azteca es un  ciclo de 52 años que se divide en cuatro trecenas de años, cada uno diferenciado de los otros mediante asignación cíclica de uno de los jeroglíficos tecpatl (pedernal), calli (casa), tochtli (conejo) o Ácatl (carrizo).

Aunque la cuenta de los días y de los meses que formaban un año solar tenía entre los nahuas menor importancia que el calendario de los vaticinios (tonalpohualli), se presenta el año solar azteca por la facilidad de adaptarlo al calendario gregoriano (que rige la cultura occidental en su mayor parte).

En este contexto el presidente municipal de Huauchinango, Rogelio López Angulo destacó, “la importancia que debemos darle a la cultura es y ha sido siempre uno de los de los ejes que debe regir el actuar de un municipio orgulloso de lo que posee”.

Es por eso que esta mañana nos encontramos reunidos en este emblemático lugar para celebrar juntos un acontecimiento que marca historia y tradición en Huauchinango, me refiero a la bienvenida del nuevo año azteca, dijo.

Agregó, sin duda el recibimiento del año nuevo azteca es una fecha que debemos honrar y preservar. Es una fecha especial para agradecer a la naturaleza por todo lo recibido durante el ciclo y elevar los rezos para que la madre tierra genere toda la abundancia que alimenta a los seres vivos.

Festejar este día nos hace sentir muy orgullosos de nuestras raíces. Que viva esta celebración anual milenaria que recordamos en Huauchinango y que hoy cumple 37 años que fue retomada y rescatada por el interés en la conservación de nuestras más antiguas costumbres y los conocimientos científicos de nuestro pueblo, finalizó López Angulo.